Este proyecto nace de una idea simple: convertir el ritual de preparar y tomar matcha en una experiencia visual pausada, estética y sensorial. Desarrollé una animación en 3D que simula el proceso de producción y packaging de un tarro de té matcha, cuidando cada detalle como si fuese una ceremonia.
La idea surgió de la calma que transmite el matcha y su fuerte vínculo con la tradición japonesa. Quería representar no solo el producto final, sino también el recorrido que lo transforma: desde el dispensador que libera el polvo, hasta el brazo mecánico que coloca el tarro en su caja, pasando por la etiquetadora y la cinta transportadora. Todo el sistema está pensado como una coreografía suave y elegante, donde las máquinas se mueven con precisión y ritmo.
Storyboard y animática: planifiqué las escenas en un storyboard y creé una animática que marcaba el ritmo de la pieza.
Modelado 3D: diseñé todos los elementos desde cero en Cinema 4D.
Rigging y animación: preparé sistemas de control para automatizar movimientos. Luego animé cada escena.
Texturizado e iluminación: utilicé Redshift para crear materiales realistas, combinando nodos como Maxon Noise en metales o materiales más suaves para las superficies. La iluminación sigue un estilo de estudio limpio y minimalista.
Render y postproducción: trabajé con AOVs para tener mayor control en After Effects, donde hice la corrección de color, montaje final, integración de sonido y música.
Animación final del logo: cerré el spot con una animación 2D de la marca.